domingo, 16 de agosto de 2009

Matinal y sesión de tarde de radio en el coche


Hoy me he despertado temprano, he leído una pequeña revista de relatos de ficción en catalán (La Lluna en un cove), he (medio)limpiado mi casa, a la manera de un hombre -ya se entiende-, pasa cualquier inspección siempre y cuando te quites las gafas al entrar.

Y luego a las once y poco, me he subido al coche rumbo a Murcia, a buscar a mi hijo. Acaba de cumplir siete años y nos esperan tres semanas juntos antes de empezar el colegio. Por el camino, he escuchado la radio pública, RNE, "No es un día cualquiera", un programa-magazine con ya una década a cuestas, que se dice pronto. De hecho, mi relación con el programa se remonta al noviazgo con la que ahora es mi exmujer. Al menos esta relación, la de la radio, no se ha perdido; claro que no tiene mucho mérito, puesto que no me pueden apagar.

He tenido que sufrir las colas cercanas a Martorell, el tráfico intenso, y una comida en una de tantas áreas de servicio que siempre me propongo evitar, puesto que en todas se come caro y con un mal servicio, poco acorde con el precio que se paga. Siempre me propongo salir de la autopista y comer como Dios manda. Veremos mañana a la vuelta. En cuánto al bocadillo de cangrejo que he comido, por ahorrarme la enorme cola del autoservicio, si muero en los próximos días, será de eso seguro. La próxima vez, me llevo el bocadillo hecho de casa, infinítamente más barato, y medianamente más bueno.

Después de casi ocho horas de viaje, el viaje ha sido un palo, gracias a Marconi que existe la radio para hacerlo más llevadero, yendo a 120 Km/h máximo y descendiendo en muchas ocasiones a 100 para respetar las señales de tráfico; ahora toca descansar y mañana ¡fiesta! El regreso esperado con mi hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario